Hace dos años comencé una aventura muy personal: una investigación sobre un tema del que había oído hablar, que me generaba mucha afinidad y al que mi olfato me decía que debía dirigirme. Cierto día leí una cita de Cheryl Heller, quién trabaja en temas de estrategia e innovación social donde decía: “The real work of social innovation is to fix our broken human systems«. Esa frase me inspiró y pensé que la innovación social podría ser un buen tema para mi tesis doctoral.
Actualmente desempeño mi trabajo en el ámbito de la estrategia y desarrollo de negocio en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Los trabajos de gestión en el ámbito universitario son trabajos orientados a dar soporte al core de la institución: docencia e investigación. Uno de los grandes retos que supone trabajar en ese área tiene que ver con salvar el gap entre el mundo académico y el mundo de la gestión. Intentar reducir esa distancia, es un ejercicio que me interesa y he decidido hacerlo dedicando parte del tiempo a la investigación. Y de ahí nace la fusión entre sacar adelante el deseo de reducir el gap y el de conocer más a fondo el fenómeno de la innovación social para aplicarla al ámbito empresarial.
A la vez que sucedía lo anterior, empecé a navegar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y me di cuenta de que tenía delante el código de valores y aspiraciones compartidas de mi generación. Y que estos objetivos debían de introducirse en todas las empresas, instituciones, entidades públicas y en cada persona… Esos objetivos podrían ser muy relevantes a la hora de innovar socialmente, tanto desde el ámbito de la empresa privada como de las instituciones públicas. Y aquí estoy… inmersa en esa investigación.